
El ataque a balazos al supermercado de la familia de Antonela Roccuzzo en Rosario colocó en una situación de extrema incomodidad al Gobierno y a los principales referentes de las tres patas que conforman el Frente de Todos.
El caso generó un fuerte impacto social y golpeó en la imagen del Presidente Alberto Fernández y de uno de sus ministros más cercanos: el de Seguridad, Aníbal Fernández. Ambos debieron salir a dar explicaciones en un terreno sobre el que el kirchnerismo no se mueve con comodidad, lo que quedó evidenciado en el silencio de los máximos referentes K al respecto.
Mientras el Presidente sostenía que “evidentemente algo más habrá que hacer” para combatir el narcotráfico en Rosario y Aníbal Fernández decía que los narcos habían ganado la batalla, el kirchnerismo bordeó el conflicto y se encolumnó detrás del silencio para evitar recibir coletazos. Ningún referente K se refirió a la cuestión.
La Cámpora dejó que el desgaste lo hiciera Alberto Fernández y el titular de la cartera de Seguridad pero cuando pudo uno de sus principales referentes aprovechó para tomarse una foto con el gobernador de Santa Fe Omar Perotti en medio de la escalada de inseguridad y violencia en Rosario y anunciar inversiones en esa ciudad para combatir el delito.
El kirchnerismo se mantuvo al margen del conflicto en Rosario para que Alberto Fernández sufra el desgaste
Fue el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, que firmó junto con Perotti un convenio que habilita a las fuerzas de Seguridad de la provincia a utilizar el SIS (Sistema de Identificación Segura), una tecnología desarrollada por el RENAPER y se implementará con el fin de dar apoyo a la provincia.
Mediante el uso de este sistema, los efectivos del Gobierno provincial podrán realizar la identificación biométrica inmediata y segura de prófugos o personas con antecedentes penales.
A su vez, “Wado” anunció el envío de financiamiento para la instalación en Rosario de cámaras de vigilancia de última generación que permitirán el reconocimiento facial de personas con pedido de captura. El acto se llevó a cabo en el Salón de los Escudos. Fue la primera respuesta oficial del Gobierno al conflicto, más allá de remover la cúpula del Comando Unificado que articula el trabajo de las cuatro fuerzas federales en esa ciudad.
