
Los jóvenes argentinos se enfrentan a un desafío silencioso, pero crucial: la gestión de su propio dinero. Si bien demuestran una notable autonomía financiera desde temprana edad, en especial gracias al acceso de billeteras virtuales, un reciente informe arroja luz sobre una realidad preocupante: la gran mayoría aún se encuentra lejos de tener una sólida educación económica, lo que los deja más expuestos a las consecuencias de una mala administración. Son conclusiones que se desprenden del informe «Juventudes, dinero y futuro: una mirada sobre el vínculo de las y los jóvenes con las finanzas personales en Argentina» elaborado por el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella en alianza con Fundación BBVA durante noviembre de 2024.
Este estudio, basado en una encuesta nacional a personas de entre 16 y 24 años, presenta un panorama con datos reveladores: el 80% de los jóvenes administra su propio dinero y más de la mitad (53%) logra ahorrar, lo que subraya una creciente independencia financiera. Sin embargo, la otra cara de la moneda muestra que apenas el 15% invierte y menos del 17% utiliza canales formales para ahorrar, evidenciando una brecha significativa entre la capacidad económica y la verdadera inclusión financiera.
«Cada uno debe ganarse lo suyo»: los jóvenes sobre el dinero
El informe corrobora que las billeteras virtuales han desbancado a los medios tradicionales y se posicionan como la herramienta de pago más utilizada por los jóvenes. A pesar de esto, la mayoría prefiere guardar su dinero sin invertir, dejando de lado opciones como las cuentas de ahorro, plazos fijos o fondos comunes de inversión. Esta informalidad, si bien es práctica, los expone a la inflación y limita sus posibilidades de generar rendimientos.
La mentalidad resumida en la frase «cada quien debe ganarse lo suyo» predomina, con más del 80% de los jóvenes que adhieren a esta idea. El 71% ya administra sus propios ingresos, ya sea a través de trabajos formales, «changas» o transferencias familiares. Incluso aquellos que aún dependen económicamente de sus padres afirman tomar sus propias decisiones financieras.
Escasa educación financiera
Uno de los puntos más críticos que subraya el estudio es la escasa educación financiera estructurada. Sólo 2 de cada 10 jóvenes recibieron formación específica en la escuela sobre cómo gestionar dinero, ahorrar o invertir. La mayoría, en cambio, aprendió con el método «prueba y error», o con la ayuda de su entorno familiar y amigos. Esta carencia de conocimientos técnicos se traduce en un acceso desigual a la información financiera.
Aunque el uso de plataformas digitales es masivo —el 72% utiliza billeteras virtuales y apps bancarias para pagos y transferencias—, esto no se traduce en una mayor inclusión o uso de productos financieros. Una minoría accede a créditos, seguros o inversiones formales, y la desconfianza hacia los bancos, sumada a la falta de comprensión sobre cómo funcionan los instrumentos financieros, son barreras importantes.
Además, el dinero no es sólo un medio: está cargado de significado emocional para los jóvenes. Si bien representa independencia, libertad y tranquilidad, también es fuente de estrés, frustración y ansiedad. Casi el 60% de los encuestados manifestó preocupación por no llegar a fin de mes o por no poder cumplir sus metas en el futuro, una relación ambivalente que influye directamente en sus decisiones financieras.
El camino hacia una mayor inclusión
El informe propone cuatro líneas de acción clave para fortalecer la inclusión financiera de los jóvenes:
– Educación financiera formal desde la escuela secundaria.
– Instrumentos financieros simples, accesibles y confiables, adaptados a las realidades de las nuevas generaciones.
– Canales digitales con mejor acompañamiento y orientación.
– Campañas de concientización que fortalezcan el vínculo entre juventud, planificación financiera y futuro.
Según Hernán Carboni, director de Relaciones Institucionales de BBVA en la Argentina, «la educación es fundamental para mejorar la salud financiera, reducir desigualdades e impulsar la inclusión». Desde Di Tella se destaca que este estudio es un punto de partida crucial para comprender los hábitos, preocupaciones y aspiraciones de los jóvenes en el mundo del dinero.
El panorama es claro: los jóvenes argentinos son proactivos con su dinero, pero necesitan herramientas y conocimientos para dar el salto hacia una verdadera salud financiera. Es fundamental que las instituciones educativas, financieras y los organismos gubernamentales trabajen en conjunto para cerrar la brecha existente, brindando una educación financiera sólida y accesos simplificados a productos y servicios que permitan a los chicos construir un futuro económico más seguro y prometedor.
