Desde hace rato que Max Verstappen viene dejando en claro que no planea continuar mucho tiempo en la Fórmula 1 y las tensiones actuales en Red Bull podrían acelerar su alejamiento. El tricampeón, que ayer cumplió 27 años, se mostró molesto con la FIA por las restricciones impuestas a su manera de expresarse y, especialmente, por la sanción que recibió tras hacer un comentario inapropiado ante los medios.
Helmut Marko, asesor de Red Bull y muy cercano al neerlandés, advirtió que, si expresó su deseo de salir de las pistas, lo dice porque lo siente: “Hay que tomar a Max en serio. Ha logrado muchísimo, pero para él es fundamental disfrutar del deporte. Si eso se le estropea cada vez más, entonces es de un carácter que cuando dice ‘bueno, ya está…’”.
La relación entre la FIA y Verstappen se ha vuelto tensa tras la sanción impuesta por el organismo, que busca controlar el lenguaje en las transmisiones en vivo. Según Ben Sulayem, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, los pilotos deben mantener un nivel de profesionalismo en sus declaraciones, comentando que “no son raperos”.
Además de expresar su preocupación por el actual panorama de la F1 –e indicar que no cree que el piloto tomará decisiones drásticas a corto plazo-, Marko señaló que la reacción del organismo fue exagerada: “Max no insultó a una persona, sino que se refirió de manera despectiva a un auto, a un objeto. Quizás en el futuro se pueda adoptar un enfoque más flexible, pero en este caso, la sanción fue claramente desmedida”.