El sector empresario es tal vez el más expectante por el cambio de signo político del gobierno nacional. La llegada de Javier Milei a la Casa Rosada promete abrir una nueva etapa en el vínculo público-privado y, aunque las proyecciones para los primeros meses son complicadas, prevén que la economía comenzará a ordenarse en el mediano plazo y será entonces cuando se empezarían a ver resultados positivos.
El ordenamiento de las cuentas públicas es la clave que más entusiasma al sector productivo, pero también la promesa de una reforma impositiva, que implicaría una baja en los costos, además de una quita de regulaciones estatales.
La mayoría de los empresarios consultados por TN cree que en ese punto radicará una reactivación del sector privado, que redundará en generación de empleo genuino y de riqueza. Algo así como una nueva versión de la vieja teoría del derrame que, confían, esta vez será efectiva.
“El empresariado está viviendo con mucha expectativa el cambio de gobierno. Se ve muy positivamente que el Presidente tenga como uno de los principales temas de agenda la disciplina fiscal”, destacó Daniel González, director Ejecutivo de IDEA.
Con la mira puesta en el ordenamiento de la economía
Si bien en el sector empresario reconocen que hay temas urgentes a tratar para cada uno de sus sectores, coinciden en que de manera prioritaria se deben ordenar las cuentas públicas para dar previsibilidad y evitar los altibajos que generan incertidumbre.
“Es un acierto la implementación en simultáneo de varias medidas, las cuales todavía no conocemos, pero entendemos que van dirigidas a desregular la economía para que el sector privado pueda desempeñarse con mayor libertad”, dijo González.
En la Cámara Argentina de Comercio (CAC) reconocen que “los primeros meses de la nueva administración no serán fáciles”. “La macroeconomía argentina padece de múltiples desequilibrios y su necesaria corrección no estará exenta de costos”, dijo Natalio Grinman, presidente de la entidad. También manifestó coincidencias con Milei en “darle un rol preponderante a la iniciativa privada, promover el comercio libre y evitar un Estado omnipresente”.
En el sector inmobiliario -uno de los de mayor caída en los últimos años- las expectativas son incluso mejores, “desde el piso, todo es crecer”, dicen. “Todo el mercado tiene las mismas expectativas, por eso las acciones y los bonos subieron y el mercado inmobiliario se está moviendo”, expresó Hugo Koifman, CEO de la desarrolladora Branson.
“Ya hay dueños que nos informaron que en caso de volver a la norma establecida en el Código Civil y Comercial, derogándose las últimas dos leyes, volverían a dejar sus propiedades en alquiler. Respecto de la venta, se empieza a notar un mayor movimiento apareciendo la demanda y, a medida que se establezca un valor único para el dólar, va a ayudar a que se reactive el mercado”, coincidió Fabio KaleKa titular de G.KaleKa & Cia.
En la industria vitivinícola -fuertemente afectada por una caída del consumo interno y el impacto en las exportaciones de un “dólar atrasado”- también esperan un cambio de rumbo. Según evaluó Andrés Ridois, fundador de bodega Sin Reglas, el Gobierno de Milei enfrentará “un proceso difícil”, para “hacer mucho más eficiente el Estado”.
Sin embargo, Carlos Moyano, socio fundador de Drinksify, dijo que ya se empieza a ver “un cambio de tendencia” y, aunque reconoció que “se espera una apertura de la economía” dijo que “se asume un primer semestre duro, con altas tasas de interés”.
“Se espera un escenario promercado, de libre competencia, con regulaciones lógicas, con un apoyo del Estado para que las empresas argentinas puedan tener mayor competitividad en el mundo. Se espera que el Gobierno logre hacer acuerdos comerciales para que los aranceles a productos argentinos sean los mínimos posibles o nulos”, agregó.
La inflación, la madre de todas las batallas
Más allá de los problemas puntuales de cada sector, la coincidencia entre los empresarios es que bajar la inflación debe ser una meta del nuevo gobierno, aunque reconocen que no será fácil de solucionar en el corto plazo.
“La situación económica es difícil y no se va a solucionar fácilmente. La inflación es el principal problema; lamentablemente ahora se le está sumando una fuerte desaceleración de la actividad y el consumo. Y la brecha cambiaria sigue imposibilitando que la inversión vuelva a niveles razonables”, señaló González.
Grinman coincidió en las dificultades que enfrentará Milei en el inicio de su gestión. “No esperamos que ni la elevada inflación ni el estancamiento de la actividad se reviertan en lo inmediato, aunque también apostamos a que dentro de unos meses empezaremos a ver sustantivas mejoras en esas materias”, dijo.
“Hay que bajar la presión impositiva y sobre todo la presión inflacionaria, que se es un impuesto encubierto, y atraer inversiones a industrias nacientes, algo que realmente produzca el cambio en la Argentina de una vez por todas”, agregó Ridois.
Nicolás Goldman, Socio Gerente de Buenaluz, coincidió en que es urgente “bajar la inflación, ya que su constante fluctuación genera tensiones con proveedores, empleados y clientes”, pero también reclamó “una simplificación impositiva que fomente el crecimiento empresarial al eliminar obstáculos burocráticos”.