
A los 24 años, Nicolás Varrone se prepara para vivir el salto más grande de su carrera: competir en la Fórmula 2 (F2), la antesala directa de la Fórmula 1. El joven de Ingeniero Maschwitz, que forjó su historia entre talleres y sacrificios, fue confirmado como piloto titular de la escudería Van Amersfoort Racing para la temporada 2026. Su debut oficial será en Melbourne, del 6 al 8 de marzo, y la noticia ya lo ubica como el nuevo argentino en el camino hacia la «Máxima».
Pero detrás de su llegada hay una trama profundamente humana y argentina: la mano del Sergio «Kun» Agüero, el recuerdo de Diego Maradona y una vida atravesada por la pasión de una familia de fierros.
De un taller familiar a la elite
Varrone nació entre autos. Su madre, Sandra, y su padre, Martín, se conocieron en una carrera de Sport Prototipo en los 90. Desde niño, vivió en el taller familiar, aprendiendo de motores y sacrificios.
A los siete años se subió por primera vez a un karting y, pese a las limitaciones económicas, no dejó de soñar. Su padre le advirtió que el automovilismo era un deporte costoso, pero Nicolás insistió. “Siempre estuve en desventaja, pero nunca me rendí”, suele decir.
Tras destacarse en el Karting nacional y en la Fórmula Renault Argentina, emigró a Europa con apenas 17 años. Allí se consagró campeón en la Fórmula Renault VDV Sports y debutó en la Fórmula 3 Británica, donde logró una victoria épica en Spa-Francorchamps, tras largar octavo y cruzar la meta con una goma cortada.
De la resistencia al renacimiento
Cuando la pandemia frenó su carrera, Varrone se reinventó en las competencias de Endurance (Resistencia). Su talento lo llevó a un año inolvidable: el 2023, cuando ganó las 24 Horas de Le Mans, las 24 Horas de Daytona, las 1000 Millas de Sebring y el Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA.
Con esos títulos, se transformó en uno de los argentinos más destacados del automovilismo internacional y llamó la atención de equipos de monoplazas.
El apoyo decisivo del «Kun» Agüero
El siguiente gran capítulo llegó gracias a un encuentro fortuito con “Kun” Agüero. En septiembre pasado, el exfutbolista lo conoció y quedó sorprendido por su humildad y determinación. Lo invitó a incorporarse a KRÜ Motorsport, el equipo de automovilismo de su marca, en el rol de coach en la Fórmula S (la categoría de streamers y creadores de contenido).
La relación creció rápido. Agüero, fascinado con la historia de Varrone, decidió apoyarlo personalmente para conseguir el presupuesto necesario para correr en la F2.
“El ‘Kun’ fue clave. Su ayuda me cambió la vida. Gracias a él hoy puedo competir donde siempre soñé”, confesó Nicolás.
Ese respaldo no solo le dio estabilidad económica, sino también visibilidad mediática. Hoy, el «Kun» se muestra como su mentor y socio en esta nueva etapa, en un vínculo que mezcla amistad, admiración y orgullo argentino.
La conexión con Maradona
La vida de los Varrone también guarda una curiosa historia ligada al más grande. En 2003, Martín Varrone, padre de Nicolás y coleccionista de autos, encontró el primer vehículo de Diego Maradona, un Fiat 128 Europa que el “10” había comprado en 1982.
Logró restaurarlo y consiguió que Diego firmara el capó, aunque el reencuentro entre el ídolo y su primer auto nunca llegó a concretarse. Hoy, ese vehículo es parte del legado familiar, y Nicolás lo considera su amuleto. “Ese auto representa los sueños imposibles, como llegar a la Fórmula 1”, dice.
El salto a la F2 y el futuro Cadillac
Varrone disputará 28 carreras en 14 Grandes Premios de la próxima temporada de F2. Además, integra el programa de desarrollo de General Motors, lo que podría abrirle una puerta en el futuro equipo Cadillac, que debutará en la Fórmula 1 el año próximo.
Actualmente, el argentino suma 12 puntos de Superlicencia y necesita 28 más para poder correr en la «Máxima».
