
En medio de la vorágine política que envuelve la discusión en torno a la Ley Ómnibus, los diputados peronistas tucumanos se encuentran en el epicentro de una incertidumbre palpable. No tanto por cómo jugarán sus cartas marcadas en esta partida legislativa, sino por cómo jugarán las suyas los parlamentarios de las demás provincias.
Quienes responden al oficialismo provincial, conducido actualmente por Osvaldo Jaldo, mayoritariamente votarán en consonancia con la voluntad del mandatario provincial, la cual se viene mostrando colaborativa con el gobierno nacional. Salvó el caso explícito del Diputado Nacional Carlos Cisneros, quien ya hizo pública su postura en contra de las privatizaciones y la modificación del Impuesto a las Ganancias, prácticamente no hay dudas de la votación del resto de los parlamentarios vinculados al PJ.
Sin embargo hay quienes advierten que el parlamentario Pablo Yedlin podría dar alguna sorpresa en el momento de la votación. Las especulaciones surgen no tanto por la decisión de Yedlin en si, sino más bien por influencia que Juan Manzur puede ostentar sobre el renunciante senador. Aunque Yedlin haya participado de las reuniones que los Diputados del oficialismo provincial tuvieron con el mandatario provincial para coordinar perspectivas y definir estrategias en el marco de la votación y la negociación, no pareciera haber garantías de que Yedlin cumpla en el recinto con las expectativas de Jaldo. Mucho menos en un contexto donde Manzur todavía no ha tenido gestos colaborativos con su sucesor en el sillón de Lucas Córdoba.
Con una votación tan reñida, un voto negativo, una abstención o una ausencia podrían ser claves para la obstaculización de la media sanción que el Gobierno Nacional buscará en la Cámara Baja. Y quiénes estén dispuestos a poner palos en la rueda de la gestión de Milei probablemente no contemplarán atenuar los costos con que puedan correr los aliados circunstanciales de las Fuerzas del Cielo, representados hoy por los mandatarios provinciales dialoguistas.
Mientras tanto, en el terreno de la oposición, se vislumbra una alineación con el oficialismo. Desde el círculo cercano a Roberto Sánchez, se asegura que se están tejiendo consensos con otros bloques, sugiriendo una estrategia conjunta para respaldar ciertos puntos de la Ley Ómnibus. Mariano Campero, por su parte, ha adelantado su voto a favor, reconociendo que desde el gobierno se ha mostrado sensibilidad hacia los reclamos de las economías regionales, especialmente en lo que respecta a la caña y el limón. El proyecto original del Poder Ejecutivo proponía levantar aranceles para importar azúcar de otros países, una medida que ha sido reconsiderada a raíz de las negociaciones en curso.
En este escenario de incógnitas, en el cual los aliados originales de Milei parecieran también apostar a buscar su condicionamiento, los diputados peronistas dispuestos a acompañar los proyectos del PE, llegarán al recinto en el marco de una nebulosa como producto de las negociaciones tras bambalinas, las alianzas en gestación y las traiciones que a veces acontecen en el momento menos pensado.
Por Roque Galeano