La renovación del Paseo de Leyendas del Atlético de Madrid abrió una discusión inesperada. La ausencia de Thibaut Courtois entre los futbolistas elegibles sorprendió por su peso deportivo, pero dejó en claro que el club decidió mirar su historia desde otro lugar.
El nuevo sistema de votación, activo hasta el 5 de enero, convoca a más de 150 mil socios a elegir a los protagonistas que mejor representen la identidad rojiblanca, dejando atrás el viejo método basado casi exclusivamente en estadísticas y cantidad de partidos.
Desde lo estrictamente futbolístico, el arquero belga cumplía con creces. Defendió el arco durante 154 encuentros oficiales y fue parte de uno de los ciclos más exitosos de la última década, con títulos locales e internacionales que marcaron época.
Sin embargo, el quiebre llegó con su pase al Real Madrid en 2018. A partir de ese momento, el vínculo con la hinchada se deterioró de manera irreversible, convirtiéndolo en uno de los personajes más resistidos cada vez que pisa el Metropolitano.
Ese rechazo sostenido terminó teniendo consecuencias institucionales. La dirigencia decidió ponderar el comportamiento y la relación con el club y su gente, un criterio que pesó tanto como los logros deportivos al momento de armar la lista de preseleccionados.
La exclusión no fue aislada. Hugo Sánchez tampoco apareció entre los candidatos, una señal clara de que el componente emocional ahora es determinante en la construcción del relato histórico del Atlético.
El proceso obliga a los socios a votar por etapas y deja afuera a futbolistas en actividad. Referentes actuales como Koke, Oblak o Griezmann recién podrán ser evaluados cuando cierren su ciclo, aunque su lugar futuro parece indiscutido.
La votación también refleja una mirada más amplia: figuras del equipo femenino forman parte de la etapa más reciente, consolidando un Paseo de Leyendas que busca representar algo más que estadísticas y trofeos.