
A los 37 años y con la misma ambición de siempre, Novak Djokovic volvió a escribir historia grande en el tenis. El serbio conquistó el ATP 250 de Ginebra tras vencer en una final vibrante a Hubert Hurkacz por 5-7, 7-6(2) y 7-6(2), y llegó así al título número 100 de su carrera profesional, una marca que lo ubica en el selecto grupo de los más ganadores del circuito.
El duelo decisivo en suelo suizo estuvo a la altura del hito: tres sets intensos, con intercambios de altísimo nivel y una tensión que no aflojó hasta el último punto. El primer parcial fue para el polaco, que aprovechó una doble falta de Djokovic para quebrar en un momento clave y llevarse el set en un cerrado tiebreak. Pero el serbio, como tantas veces, mostró su temple inquebrantable.
En el segundo, el “Nole” ajustó su precisión, se hizo fuerte desde el fondo y llevó el set nuevamente al desempate, donde impuso su jerarquía con un contundente 7-2. Ya en el tercero, Hurkacz tomó ventaja inicial (3-1), pero Djokovic no se desesperó. Igualó el marcador y forzó un nuevo tiebreak, donde otra vez fue pura eficacia y determinación para quedarse con el campeonato.
Con esta victoria, el actual número uno del ranking suma su trofeo número 100, colocándose apenas por detrás de dos gigantes como Jimmy Connors (109) y Roger Federer (103).
Este título también llega en un momento estratégico: a pocos días del inicio de Roland Garros, Djokovic demuestra estar en ritmo competitivo pese a ciertos altibajos en el primer semestre, donde perdió finales importantes ante Jannik Sinner y Jakub Mensik. Además, afronta esta etapa sin entrenador tras su reciente separación de Andy Murray.
Pero si algo ha demostrado el “Nole” a lo largo de su carrera, es que sabe reinventarse. Y en Ginebra, lo volvió a hacer. 100 títulos y contando. La leyenda sigue viva, y aún tiene capítulos por escribir.