El Gobierno paraguayo afirmó que logró recuperar el control de la mayor cárcel del país tras un operativo «histórico y sin precedentes» de traslado de reclusos que tuvo como saldo al menos 10 personas muertas.
Más de 2.000 policías y militares participaron de la operación para reubicar a unas 700 personas privadas de libertad del sobrepoblado penal de Tacumbú, controlado en parte por un grupo criminal local denominado «clan Rotela».
El presidente Santiago Peña dijo en un mensaje que el suboficial de policía Martín Mendoza falleció durante el operativo, mientras el comandante de la Policía, Carlos Benítez, informó que nueve reclusos murieron.
«Por décadas y a sabiendas de todos, el penal de Tacumbú se convirtió en un centro desde donde operaban grupos criminales planeando asaltos y distribuyendo estupefacientes (…) desbaratamos un esquema que les permitía seguir delinquiendo desde dentro mismo de la penitenciaría», señaló el mandatario.
Benítez relató en una conferencia de prensa que los agentes policiales que irrumpieron en el penal «fueron repelidos por disparos de armas de fuego a mansalva» y 36 efectivos resultaron heridos.
La policía dijo en la red social X que incautó fusiles, escopetas, revólveres, pistolas y municiones, además de explosivos caseros, dinamita en gel y armas blancas que estaban en poder de los internos.
Armando Rotela, líder del grupo que controlaba parte de la prisión, fue trasladado a una unidad de máxima seguridad.
El «clan Rotela» es señalado como responsable de un motín ocurrido en octubre, en el que reclusos aprehendieron a una decena de funcionarios de la penitenciaría y ocasionaron un incendio en parte de las instalaciones.